miércoles, 28 de abril de 2010

Errores frecuentes — ¿Deber o Deber de?



Un obstáculo frecuente que deben enfrentar los asesores literarios de editoriales y agencias como parte de su rutina diaria —básicamente, leer originales recibidos y evaluar sus posibilidades de publicación— es la dificultad para descifrar el sentido de lo que su autor ha escrito.

La ambigüedad, cuando no es deliberadamente buscada, es sin duda la peor enemiga de quien se dedica a escribir. La ambigüedad no es otra cosa que la falta de precisión y claridad en la expresión. Ésta es una de las causas más frecuentes del rechazo de originales pertenecientes a escritores noveles (y no tan noveles).


Un caso de ambigüedad gramatical



Existe un uso del verbo deber que suele ser fuente de confusión.

Cuando se emplea junto a un infinitivo (ser, amar), el verbo deber actúa como un auxiliar modal. Esto significa que cambia de función para indicar el modo del contenido expresado por el infinitivo.

En la locución verbal deber + infinitivo, “deber” expresa la obligación de cumplir la acción del infinitivo del verbo.

Debe ser así. (Ser así es una obligación.)

Debe llegar antes del anochecer. (Está obligada a llegar.)

En cambio, cuando el auxiliar deber es seguido inmediatamene por la preposición de, lo que expresa es una posibilidad o suposición.

Debe de ser así (Quizás sea así, probablemente sea así.)

Debe de llegar antes del anochecer. (Supongo que llegará antes del anochecer, pero no estoy segura de ello.)

Ante la duda, es recomendable usar la locución debe + infinitivo. Emplear debe de + infinitivo para expresar obligación, es considerado un uso vulgar.


No des lugar a confusiones


Es muy importante para una escritora que presenta un manuscrito que será leído y examinado por lectores especializados, asegurarse de que sus debe y debe de cumplan correctamente sus respectivas funciones. El uso ambiguo de estas formas compuestas es la clase de errores que suelen pasar inadvertidos en una revisión apresurada, pero que resaltan de inmediato y deslucen nuestro material ante el ojo entrenado.

No des lugar a confusiones. Algo tan simple como una mala formulación de una frase verbal podría costarte el rechazo de tu novela.

Nunca olvides que una escritora se juega su destino en cada una de sus palabras.


Recursos:

Diccionario de dudas de la Rae

Análisis literario gratuito

Servicio de Corrección de Estilo